El HEMP es un cultivo excepcionalmente versátil y altamente eficiente en la captura de dióxido de carbono (CO2) atmosférico durante su ciclo de crecimiento. Esta característica lo posiciona como un ejemplo sobresaliente de cultivo de autocompensación de CO2, desempeñando así un papel fundamental en los esfuerzos para contrarrestar el cambio climático y fomentar la sostenibilidad ambiental.
Una sola hectárea de HEMP puede secuestrar entre 9 y 15 toneladas de CO2 durante su tiempo de cultivo, que suele ser de aproximadamente tres meses, comparable a la captura de carbono realizada por un bosque joven. Además, su capacidad de fijación de carbono contribuye significativamente a la reducción de la cantidad de CO2 en la atmósfera. Su cultivo también descontamina el suelo y consume mucho menos tiempo y recursos en comparación con otras plantas utilizadas en textiles, reduciendo así su impacto ambiental.
Es más, los productos que se desarrollan a partir del HEMP sustituyen cada vez más a materiales que causan daños al medio ambiente, como el hormigón, al ofrecer alternativas sostenibles en la industria de la construcción.
En resumen, el HEMP no sólo contribuye a la mitigación del cambio climático, sino que también tiene múltiples beneficios ambientales que lo convierten en una opción sostenible y compensatoria de las malas prácticas agrícolas.
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